Siempre he intentado escribir para salir a flote, para no ahogarme ante cosas que me parecía que me superaban, que me pringaban, que me ensuciaban. Escribir ha sido una manera de marcar distancia con esas cosas.

El proceso de lectura de la novela es poner en cuestión todas tus ideas. Es coger cada uno de los propios aspectos y destrozarlos, reducirlos a la nada. La única forma de construir algo es dinamitar la mentira que lo sustenta.